En la cueva de los ciervos
La historia de Cerdeña guardada en las rocas.
La Cueva de los Ciervos es una cueva marina de tres niveles que se encuentra en el complejo kárstico de Punta Giglio, es una cueva muy importante desde un punto de vista científico y paleontológico, ya que el buceador Algherese Marco Busdraghi, ha descubierto uno de los yacimientos fósiles más importantes del Mediterráneo. Los huesos fosilizados, colocados en una cámara lateral de la gran cámara aérea superficial interior, pertenecían a una raza particular de cérvidos, el Megaloceros Cazioti Algarensis. Introducido en Cerdeña y Córcega cuando éstas todavía estaban unidas al continente europeo, se ha ido reduciendo de tamaño, después del desprendimiento y el aislamiento, por la menor presencia de alimentos en un ambiente insular, así como por verse obligado a competir con otras especies en un espacio más limitado. Fue una evolución del Megaloceros Cazioti original. El análisis de carbono 14 permitió datar el yacimiento entre 120.000 y 75.000 años atrás.

El acceso a la cueva sumergida puede tener lugar a dos profundidades y en diferentes zonas del macizo, el más profundo, que se encuentra en la ladera norte, es un gran túnel con base a 19/20 metros y con la bóveda alrededor de 15/16 metros, después de la entrada y un giro a la derecha se puede ver la luz procedente del acceso alto, situado a 8 metros de profundidad en la ladera sur del macizo de Punta Giglio.
La entrada a la cueva real, se realiza a través de un túnel en el que después de un giro de 90 grados a la izquierda es necesario subir verticalmente durante unos dos metros. Una vez en la gran cámara se procede a la superficie del lago interior, donde en la bóveda se encuentran unos chirópteros, comúnmente conocidos como murciélagos. La cueva carece de vida si se excluyen algunos cuervos raros. Por fuera, saliendo a una altitud de -8 metros, a menudo nos encontramos con meros de dimensiones notables, que, si logramos nadar con extrema calma, vienen a pocos metros de distancia.